COP30: un balance en caliente

COP30 in Brasile

En resumen, no hay que andarse con rodeos: la COP30, la conferencia mundial sobre el cambio climático patrocinada por las Naciones Unidas y celebrada en Brasil, ha sido un fracaso.

El año más caluroso de la historia, 2024, las inundaciones y los incendios exigen intervenciones decisivas cada vez más urgentes y eficaces, sostiene André Corrêa do Lago, presidente de la conferencia. Sin embargo, el veterano diplomático no oculta que el «método consensuado» adoptado en esta conferencia, al igual que en las anteriores, no permite una acción contundente.

Cada país, al tener en la práctica derecho de veto, puede amenazar con hacer fracasar la conferencia no solo por propuestas que considera inaceptables, sino también por la mera propuesta de temas de debate como, por ejemplo, los impuestos climáticos o los intercambios entre deuda y naturaleza, es decir, la flexibilización de las restricciones presupuestarias estatales para favorecer las inversiones ecológicas. Pero, además de esto, ha surgido una profunda fractura sobre la propuesta de una denominada hoja de ruta para la transición de los combustibles fósiles, que no figura en la agenda formal, pero que ha sido promovida por una coalición liderada por la UE y compuesta por más de 80 países.

La hoja de ruta no apareció en el documento final debido a la fuerte oposición de países como Arabia Saudí, a la cabeza del grupo árabe, y Rusia. China e India también se encontraban entre los países que no la apoyaron. Ochenta países encabezados por la Unión Europea (que querría introducir ya en enero del próximo año el «impuesto fronterizo sobre el carbono») han decidido seguir adelante con medidas paralelas para superar el atolladero creado por la conferencia COP30, pero, lamentablemente, el cambio climático es un proceso global que no se puede combatir marchando unidos y atacando por separado; suponiendo que la marcha sea realmente al unísono: surgen dudas fundadas si los exportadores de petróleo y sus aliados han cuestionado el hecho de que los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el organismo de las Naciones Unidas compuesto por los mejores climatólogos del mundo, representen «la mejor ciencia disponible».

Pero no solo existe la hoja de ruta promovida por la Unión Europea. Otros países están tomando medidas con iniciativas ad hoc. Por ejemplo, los Países Bajos y Colombia acogerán por separado lo que se define como la primera conferencia internacional sobre la transición de los combustibles fósiles en abril. Brasil, país anfitrión, ha anunciado la creación de un organismo para el comercio y el clima independiente tanto del proceso de las Naciones Unidas sobre el clima como de la Organización Mundial del Comercio, con el fin de gestionar las tensiones alimentadas por medidas como el pionero impuesto sobre el carbono en las fronteras. 

En resumen, los combustibles fósiles siguen siendo una clase de activos sólida en la que invertir y que seguirá acompañándonos en el futuro próximo.

 

Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la opinión personal de los colaboradores de Custodia Wealth Management que la han redactado. No se trata de consejos o recomendaciones de inversión, ni de asesoramiento personalizado, y no debe considerarse como una invitación a realizar transacciones con instrumentos financieros.