Novedades en el ámbito de las criptomonedas

En las dos últimas semanas, algunas noticias han tenido, en nuestra opinión, un impacto significativo en el mundo de las criptodivisas y los activos digitales en general. Son importantes porque afectan a dos grandes actores de este universo: Coinbase y Solana; un exchange y una red.

Para Coinbase fue una semana de luces y sombras. Justo cuando estaba a punto de incorporarse al S&P 500, se filtró la noticia de un ataque informático que había sufrido el pasado diciembre. Y aquí viene la primera implicación inquietante: ¿cómo es posible que esta noticia salga a la luz después de cuatro meses? Quizás en esta alarmante pregunta tengamos también una buena noticia. En efecto, no parece que el ataque tenga una matriz puramente informática vinculada a un código mal escrito (como en el caso de Bybit -por citar el más reciente y llamativo), sino que procede de la corrupción de algunos empleados. Esto explicaría por qué la noticia no se ha conocido hasta ahora: la organización no se dio cuenta del ataque hasta que se pidió un rescate. Este tipo de ataque perpetuado a través de actos corruptos puede ocurrir en cualquier estructura, no sólo en actores del mercado de criptodivisas, que, en este caso, parece homologarse al mundo de TradFi. En realidad, las cuestiones críticas que se vuelven más interesantes son precisamente las relacionadas con la ciberseguridad, siendo este el principal riesgo en el mundo blockchain. Dejando a un lado el inconfundible regusto del Salvaje Oeste (Coinbase es una bolsa estadounidense) ligado a las recompensas ofrecidas a los faros de los delincuentes, los daños parecen muy limitados (máximo 400 millones de dólares) y ni remotamente comparables a los de Bybit.

Llegando a las luces, la buena noticia es sin duda la adquisición por parte de Coinbase de Deribit, un criptointercambio que comenzó básicamente como pionero de las opciones sobre criptomonedas y que ahora se ha convertido definitivamente en el referente de los derivados. Inicialmente -por motivos básicamente de AML- Deribit sólo aceptaba aportaciones en criptodivisas y ofrecía derivados inversos, evolucionando hasta la oferta actual gracias también a las stablecoins. Con la compra de Coinbase, Deribit logra así su objetivo de entrar en el codiciado mercado estadounidense.

Y luego está Solana. Tras la noticia de que Visa pretende utilizar la red de Solana para liquidar transacciones de stablecoins, se acaba de anunciar que algunas grandes instituciones financieras están planeando generar tokens que representen valores tradicionales, empezando por bonos y acciones, en Solana.

Este interés por la blockchain Solana viene impulsado por su alto rendimiento (en términos de tiempo de procesamiento de transacciones), su uso generalizado y sus bajos costes. Cuidado, sin embargo, con exagerar esta noticia. En realidad, estamos hablando de R3, una casa de software británica que cuenta entre sus clientes con varias instituciones financieras de renombre y que ha firmado un acuerdo con la Fundación Solana para permitir a sus clientes utilizar la red del mismo nombre. R3 ya cuenta con más de 10.000 millones de dólares en activos tokenizados que, sin embargo, residen en una blockchain privada llamada rope propiedad de R3 que ahora se conecta a la red pública Solana dando a los clientes de R3 la opción de alojar sus activos tokenizados en una red pública o permanecer en la privada. Ahora se trata de saber cuántos aprovecharán la nueva opción y se unirán al proyecto. Las primeras declaraciones de los máximos responsables de instituciones como Euroclear y Clearstream (pilares en el depósito y transferencia de valores) parecen entusiastas. Pero estamos a la espera de que los hechos lo demuestren.

No obstante, nos preguntamos: ¿Tiene Solana lo que hay que tener para afrontar este reto? Esta noticia nos da pie para comprender mejor los aspectos técnicos de la red.

Solana es famosa por inventar y adoptar un algoritmo de consenso innovador y único: Proof-of-History (PoH), que consiste básicamente en construir un reloj lógico utilizando funciones hash estándar. Cuando se origina una transacción en la red Solana, el PoH le asigna una marca de tiempo criptográfica que es objetiva y no puede ser manipulada, asegurando la secuencia de creación de la transacción. En otras palabras, la red es capaz de generar internamente una secuencia de eventos inmutable y consensuada, a diferencia de otras blockchains que tienen que depender de una fuente de cronometraje centralizada (como el reloj atómico de Boulder, Colorado) para tener una marca de tiempo objetiva: una contradicción para un sistema distribuido como debe ser la blockchain. PoH evita que los validadores de bloques se preocupen de comprobar el propio historial de transacciones, lo que les permite concentrarse en otros aspectos y ganar así tiempo. Esto explica, en parte, la eficiencia de la red, es decir, el elevado número de TPS (transacciones por segundo) que puede procesar potencialmente y que atrajo la atención de VISA.

Los otros elementos de eficiencia se refieren a la validación de bloques mediante Proof-of-Stake (PoS) y a la arquitectura multihilo, que permite el cálculo en paralelo y, por tanto, la validación simultánea de bloques (no solapados), lo que supone un aumento realmente notable de la velocidad de procesamiento. Y esto es posible, una vez más, gracias a PoH, que permite a cada nodo individual verificar de forma independiente la secuencia cronológica de las transacciones.

Hasta ahora, hemos hablado de transacciones que implican únicamente a la criptomoneda nativa de la red, el SOL. Pero en realidad esto también se aplica a los contratos inteligentes y es -apostamos- la principal característica que llamó la atención de R3 y le convenció para firmar el acuerdo.

Como bien enseña el trilema al que se enfrenta cualquier arquitecto o diseñador de una nueva blockchain, destacar en una de las características deseables de la nueva red (descentralización, seguridad o velocidad) tiene un coste que se paga como deficiencia de las otras dos. El coste pagado por Solana es la resiliencia de la red, y por tanto podríamos decir que está relacionado con la seguridad de la red. Los usuarios de Solana recuerdan muy bien las interrupciones que se produjeron repetidamente desde septiembre de 2021 como consecuencia de ciberataques que alteraron el reloj lógico de la red mediante ataques DDOS, o las interrupciones que se produjeron en mayo de 2022 debido a interacciones masivas tras el lanzamiento de un nuevo proyecto.

La apuesta que espera a Solana es la resistencia de la red tras el nuevo reto planteado por R3, que debería -al menos estas son las expectativas- aumentar el número de smart-contracts tras las tokenizaciones de valores tradicionales. Ganar este reto supondría ganar la batalla del posicionamiento, que lo ve como el rival más formidable de la red Ethereum, contando entre otras cosas con más de 1.000 nodos validadores que le dan cierta robustez (muy lejos, sin embargo, del casi millón de nodos de Ethereum).

Descargo de responsabilidad

Este post expresa la opinión personal de los empleados de Custodia Wealth Management que lo han escrito. No se trata de un consejo o recomendación de inversión, ni de asesoramiento personalizado, y no debe considerarse como una invitación a operar con instrumentos financieros.