UBS se ha vuelto demasiado grande para quebrar, y esto no se puede negar: nos referimos, por supuesto, a la nueva UBS, la que surgió tras la fusión con Credit Suisse, que ahora cuenta con un balance superior al PIB anual de Suiza. Incluso los bancos más grandes de Estados Unidos en 2008 eran “demasiado grandes para quebrar”, pero ninguno de ellos tenía un balance superior a la economía estadounidense. Es cierto que la crisis era generalizada y afectaba a todos, creando un riesgo sistémico. Pero la situación de UBS, para Suiza, representa igualmente un riesgo sistémico en términos de números.
¿Pero por qué nos interesa UBS? Los motivos son varios, pero lo que destaca es la cuestión de la capitalización. Después de haber recaudado con éxito (unos 29 mil millones de dólares) los ingresos de la mayor transacción del siglo —la adquisición en condiciones extremadamente favorables de CS—, ahora el legislador suizo exige a UBS unos requisitos patrimoniales más sólidos, esencialmente un aumento de capital de unos 25 mil millones de dólares para elevar la relación tier 1 del 14 al 19 por ciento.
Cabe señalar que estas “exigencias” llegarán por vía normativa (lo que significa en tres años) y no por vía ejecutiva (y por lo tanto de rápida aplicabilidad). Mientras tanto, UBS, que ya ha completado con éxito la migración de las cuentas de sus clientes de Luxemburgo, Hong Kong, Singapur y Japón a su propia plataforma, tendrá todo el tiempo necesario para completar todos los recortes previstos, también liquidando las actividades Non-Core and Legacy (NCL), que ya están avanzando más rápido de lo esperado. Recordemos que los aproximadamente 7 mil millones de dólares de ahorros previstos para finales de 2024 ya se han logrado, y los 13 mil millones previstos para finales de 2026 ya están completados en un 60%. Sin duda, ahora comienza el desafío más difícil: migrar a aproximadamente un millón de clientes minoristas suizos a la nueva plataforma. Pero recordemos que este objetivo debe alcanzarse antes de 2026; al menos eso estaba en los planes.
A pesar de todos estos aspectos positivos, los accionistas de UBS (los más relevantes, al menos) se muestran muy preocupados. En primer lugar, porque las perspectivas de crecimiento de las actividades patrimoniales parecen difíciles de lograr (5 billones de dólares para 2028 y un incremento de 100 mil millones de dólares en nuevas actividades netas al año para 2025), y luego porque UBS parece destinada a perder la competencia con los mayores bancos de inversión estadounidenses, que son sus competidores naturales, relegando a UBS al rango de banco “europeo”: se cree que esto podría deberse principalmente a los requisitos patrimoniales demasiado exigentes de cumplir.
No lo hemos dicho, pero recordamos bien que UBS —fuertemente multada por las autoridades estadounidenses— fue respaldada por los contribuyentes suizos en los años posteriores a la crisis de 2008. Además, no podemos ocultar que los recortes realizados y los que están por realizarse afectan a la fuerza laboral, que era de 120,000 unidades (sumando las de UBS y CS) a nivel global antes de la fusión, y hoy ha disminuido a 109,000, con la perspectiva de llegar a 85,000 al final del proceso de integración, es decir, a finales de 2026. Solo en Suiza se prevé un recorte de 3,000 unidades.
Disclaimer: Este artículo expresa la opinión personal de los colaboradores de Custodia Wealth Management que lo han redactado. No se trata de consejos o recomendaciones de inversión, ni de asesoría personalizada, y no debe considerarse como una invitación a realizar transacciones en instrumentos financieros.